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domingo, 22 de mayo de 2011

SENSACIONES


Nunca has paseado en un atardecer de mayo cuando las flores y el azahar se hacen los amos del viento que tocan tu cara y acarician tus manos, como el amante que dulcemente toca las de su amada. Cuando respiras todo tu cuerpo se llena de ese aire que sabe a rosas y si miras al cielo te parecerá mas hermoso que nunca y mas azul.

A lo lejos oyes como el agua de la fuente al caer, contra su lecho, llora porque no puede salir y correr y correr y tu que paseas oyes su llanto como música que nos brinda generosa y afable.

En esa tranquilidad, en esa armonía de cielo, flores y canto, ahí, ahí es cuando yo cogiendo tu mano, soy inmensamente feliz.






viernes, 13 de mayo de 2011

LA NIÑEZ





Esa sonrisa tan tierna
del niño con cara de angel
un aire de amor calienta
los brazos de una madre

Sutil movimiento fragil
pies inseguros y falsos
unas manos cuidadosas
siempre estan vigilando

Momento de conseguir
el umbral de la vida
para andar y conocer
grandes maravillas

Tiempo de niñez
donde no hay maldad
donde no hay sufrir
donde no hay pesar

Tiempo que se añora
al ver jugar en la arena
pequeños de almas puras
de miradas serenas

miércoles, 4 de mayo de 2011

RECUERDOS


Me levanté aquella mañana, el cielo triste yacía, el viento a penas soplaba y la lluvia caía. Con tropiezos me levanto, enciendo la vela fría y su llama va alumbrando mi casita vacía.
En mi hamaca me senté, atrás yo paso el tiempo y el fantasma del recuerdo me trajo lo de antaño. Recuerdo como si fuera, realidad que yo viviera, aquella casita llena de risas y almas. Todo era gritos y llantos ¡cuanto se pegaban!  eran traviesos y malillos, así, así, me gustaban. Un día se perdió el pequeño y la oscuridad avanzaba se fue a buscar un leño y vimos que tardaba. Como locos lo buscamos por casas, graneros, cuando a lo lejos vimos que jugaba con un perro.
El mayor, muy estudioso, nunca sacó un suspenso y cuando las notas daba a mis brazos venia presto y su padre orgulloso con fuerza le daba un beso.
Y su padre, que lejos queda el recuerdo,  cuando a las trece venia del trabajo tan sediento y eran su esposa y sus hijos un manantial de sosiego.
Mas que fue de todo aquello. La muerte me robó a mi esposo y el mundo me conquistó a mis hijos poco a poco.  Que sola ahora me hallo en esta casita vieja en este sillón tan basto y esta velita que alumbra mi soledad y mi pasado.